Una receta sencilla y que cunde mucho:
Tomar una fresa y batirla bien con un vaso de leche. De este batido tomar una cucharada y tirar el resto, la cucharada se mezcla con otro vaso de leche y se bate de nuevo (perdón, se "dinamiza"), repetimos la operación unas 30 veces. Ya está, hemos tirado mucha leche y hemos diluido tanto que no queda nada de fresa pero según la homeopatía la fresa "está" ahí, sus efectos, sus propiedades y, esto es lo mejor, a mayor número de diluciones más "presencia"... ¡Venga ya!
Eso lo hace Ferrán Adriá, te cobra 30 pavos y te quedas tan feliz!
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